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Los hábitos de consumo y estilo de vida actuales son muy perniciosos para las personas, especialmente para niños y adolescentes. Uno de los peores hábitos, en lo alimenticio es la comida chatarra. Es decir, aquellos alimento con muy bajo valor nutricional, ricos en grasas y muy calóricos (hipercalóricos).
Hablamos de las pizzas, hamburguesas, papas fritas y hot dogs, de las bebidas azucaradas, de los alimentos procesados listos para calentar, de los nachos con queso, las tortas y sandwiches, etc.
En este post analizamos el problema de la comida chatarra, como nos afecta su consumo habitual y frecuente y lo comparamos con los alimentos saludables.
Comida chatarra
El término comida chatarra es la traducción del anglicismo “junk food” (junk se traduce como desperdicio o chatarra). Nótese que en España, se usa el término “comida basura”, que también es certero en su definición.
Entran dentro de esta clasificación todos aquellos alimentos y bebidas procesados y ultraprocesados, con poco valor nutricional y alto contenido de grasas, azúcares, sal y aditivos artificiales.
Estamos cambiando de hábitos alimenticios
Estos alimentos están de moda desde hace años, básicamente por un cambio drástico en nuestro estilo de vida, particularmente en las grandes ciudades, que nos ha vuelto más sedentarios.
En ello también ha influído la incorporación creciente de la mujer al mercado laboral, reduciendo el tiempo útil dedicado por la familia a las tareas domésticas (cocina y compra en el mercado).
Por otra parte, el abaratamientos de los costes de producción de la industria alimentaria y la carestía de los precios de los alimentos frescos hacen que recurramos a estos alimentos ultra procesados. Pero las consecuencias son visibles, en forma de sobrepeso y obesidad y no visibles, en forma de enfermedad coronaria.
Por qué amamos la comida chatarra
Básicamente por tres grandes razones:
- Estos productos suelen ser muy sabrosos: esto es así porque, dentro de los aditivos alimentarios, tenemos los potenciadores de sabor, que ayudan a que un alimento sepa “rico” aunque sea de forma artificial e irreal, frente a un alimento natural y fresco. Además, su consumo libera dopaminas en el cerebro que provocan una sensación de bienestar y el deseo de repetir la experiencia cuando nos sentimos faltos de ánimo.
- Tienen una preparación rápida y cómoda. Muchos de ellos vienen listos para abrir y consumir (en casa o en la calle en un take away) ahorrándonos tiempo y eliminando el fastidio de hacer la compra y de cocinar cuando no dedicamos tiempo a esta tarea.
- Son muy asequibles en su precio. El abaratamiento de los costes de producción y de las materias primas hace que
Todo esto explica que en sectores de la población con menos recursos económicos y con menor instrucción, la obesidad sea más frecuente que en estratos más altos de la población. Eso en todos sus grados (obesidad, obesidad severa y obesidad mórbida).
Consecuencias
En los últimos años, ha habido una creciente preocupación sobre los efectos negativos para la salud asociados con el consumo excesivo de comida chatarra.
Estos alimentos están vinculados a problemas como el sobrepeso, la obesidad, enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y otras afecciones relacionadas con la mala alimentación.
Dentro de esta, la obesidad infantil es un gran problema (según la Secretaría de Salud, México ocupa el primer lugar en obesidad infantil en el mundo) ya que predispone a niños y adolescentes a muchos problemas en edades muy jóvenes (problemas de circulación, hipertensión y envejecimiento prematuro).
Comida chatarra y saludable
Si hacemos una comparativa entre comida chatarra y saludable nos daremos cuenta que el aporte calórico de la primera es enorme y su aportación nutricional, prácticamente nula.
En cuanto a sus ingredientes, los de la comida chatarra son sobre todo grasas, azúcares, sal y colesterol. Por contra, la comida saludable contiene en mayor medida: vitaminas, proteínas, fibras, minerales y carbohidratos.
La comida saludable es aquella que contiene una relación equilibrada (pirámide alimentaria) entre:
- Grasas y dulces (consumir muy limitadamente).
- Productos lácteos (leche, yogures y quesos) (varias raciones diarias aunque mejor desnatados).
- Carnes, pescados, huevos, frutos secos y carne de ave (varias raciones semanales).
- Legumbres, verduras y frutas (varias raciones semanales).
- Pan, cereales, arroces y pastas (comer limitadamente).
Qué está haciendo el Gobierno mexicano
El gobierno mexicano ha implementado diversas estrategias para combatir el consumo de comida chatarra. La más conocida es la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes.
También ha instaurado impuestos especiales sobre las bebidas azucaradas y los alimentos con alto contenido calórico.
Ha regulado la publicidad de estos productos, especialmente la dirigida al grupo de los niños.
Y ha regulado la información del etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas (información nutrimental) por medio de sellos, Ingesta o ingestión Diaria Recomendada (IDR) y sugerida (IDS), etc.
Todo esto se plasma en la siguiente norma:
- Norma oficial mexicana nom-051-scfi/ssa1-2010, especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcoholicas preenvasados-informacion comercial y sanitaria (modificada el 27 de marzo de 2020 – ver online).
En definitiva
Es importante fomentar una alimentación balanceada y variada, basada en alimentos frescos y naturales, para mantener una buena salud y prevenir enfermedades relacionadas con una mala alimentación.
Todo lo anterior no quiere decir que eliminemos de nuestra dieta la comida chatarra, pero sí que limitemos al máximo su ingesta y frecuencia de consumo.
